Series: CONOCIENDO EL MUNDO= JAPÓN PARTE 1- INTRODUCCIÓN


 Japón es uno de los destinos turísticos más visitado del mundo. Megalópolis y naturaleza primitiva, tecnología y oficios artesanales: Japón es una tierra de hermosos y fascinantes contrastes.

Una tierra de gran fascinación.

Japón contiene todos los extremos. Es más pequeño que Suecia, pero tiene una geografía y cultura mucho más variadas que en cualquier lugar de Europa. En tan sólo un par de horas podrás pasar de las calles iluminadas de neón de Tokio a las cabañas construidas con techo de paja situadas en remotos valles montañosos. Nada como tomar un baño en un onsen de aguas termales, y sentir cómo desaparecen todas las tensiones diarias con el calor del agua y bajo la luz de la luna.


Una belleza única

El sentido de la belleza japonesa es único y quizás no existan otras culturas tan devotas estéticamente (le he dado la vuelta al orden). Los armarios de muchas familias atesoran los kimonos de seda más preciosos, usados sólo en las ocasiones más especiales. Incluso a la hora de la comida, uno quedará fascinado por el cuidado con el que se ha tratado a cada ingrediente para que se sirva no sólo con su sabor óptimo, sino también para hacerlo agradable a la vista.
El minimalismo japonés: aprovechar al máximo el tiempo y el espacio


Una cultura diferente, pero una sonrisa sigue siendo una sonrisa.


En Japón no solo la limpieza, sino también la precisión y el minimalismo son similares a lo divino. Los japoneses siempre están ocupados durante largas horas en el trabajo y en los colegios, por lo que cada minuto cuenta. Las ciudades japonesas están densamente pobladas, por lo que cada centímetro cuenta. El resultado es una sociedad donde los servicios se ejecutan, increíblemente, sin problemas. El servicio al cliente es impecable, los trenes siempre funcionan a tiempo y los pisos de la estación están tan limpios que podría comer en cima de esos. Nadie aprovecha al máximo el espacio y el tiempo como los japoneses, tal vez porque tienen muy poco de ambos. El inconveniente es que puede ser difícil cambiar los planes en el último minuto en Japón: pensar fuera de ¿lo programado? no siempre es apreciado. Pero si uno se deja llevar por el flujo, se sorprenderá (gratamente) por la preparación y el servicio recibido.



Un viaje al futuro – y al pasado.

A lo largo de los años, muchos visitantes a Japón han observado que en Japón, todos los días son el día opuesto. Los libros se leen al revés (de derecha a izquierda), las bicicletas están en la acera y las expresiones faciales son tan inescrutables que, a menudo, podrían significar lo contrario a lo que uno piensa. La cultura japonesa es densa y complicada pero, afortunadamente, no se espera que los visitantes entiendan al detalle sus hábitos sociales. Sin embargo, el esfuerzo de ser amable y educado tiene su recompensa. Recibirá una sonrisa y una reverencia de asistentes de ventas, operadores de carreteras y conductores de trenes. Sonreír y decir una o dos palabras en japonés se apreciará.

Un viaje a Japón es un viaje al futuro pero, también, una visita al pasado. Ahora los japoneses están conformados por un deseo primordial y puro de mantener las tradiciones clásicas. Uno realmente puede verlo -y experimentarlo- en los antiguos templos de Kyoto y Nara; y en los numerosos pueblos y lugares naturales protegidos por la UNESCO. Pero, incluso en la mayoría de las ciudades de Japón, reconstruidas totalmente después de la Segunda Guerra Mundial, se puede sentir: en la artesanía, en la cultura de los alimentos, en la estética del diseño, en la caligrafía, en la inclinación, en los kimonos, en el almuerzo con un Bento o en festivales callejeros – de hecho, en todas partes-. Nadie deja Japón sin una maleta metafórica llena de impresiones indelebles.




Comentarios